viernes, 28 de octubre de 2016

Pesar.

Pesa el cielo cuando está negro y no me deja ver el sol.
Pesan los días de lluvia en los que no eres refugio.
Se me encharcan los besos, las razones, los zapatos y la voz.
Pesan el día a día y el boca a boca cuando el rio no lleva agua
pero sigue sonando.
Se me secan las medias tintas, las ideas y los buenos árboles si no te me arrimas.
Pesan los párpados cuando no me miras.
Pesa la espalda si cargo con un mundo que no es el nuestro.
Se me hunden los pies en el barro y los borradores se me arrugan.
Pesaba tanto el cielo que se me cayó encima
y ahora estoy más cerca que nunca de tocarlo con los dedos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario