Cuando era niña
subía las escaleras de los toboganes
y miraba hacia abajo.
Contaba hasta tres,
y había algo que me frenaba,
y entonces me quedaba ahí sentada
hasta que un impulso me empujase.
Normalmente ese impulso llegaba,
pero algunas veces bajaba las escaleras
porque ahí arriba me sentía insegura,
o aburrida.
Tú eres ese tobogán.
Y estoy aquí sentada,
esperando tu impulso.
Deseando sentir, emocionarme.
Quiero que seas tú
quien me empuje a vivir.
No dejes que baje la escalera.
No permitas que me sienta insegura
ni aburrida.
Y lo más importante,
quiero que saltes conmigo.
subía las escaleras de los toboganes
y miraba hacia abajo.
Contaba hasta tres,
y había algo que me frenaba,
y entonces me quedaba ahí sentada
hasta que un impulso me empujase.
Normalmente ese impulso llegaba,
pero algunas veces bajaba las escaleras
porque ahí arriba me sentía insegura,
o aburrida.
Tú eres ese tobogán.
Y estoy aquí sentada,
esperando tu impulso.
Deseando sentir, emocionarme.
Quiero que seas tú
quien me empuje a vivir.
No dejes que baje la escalera.
No permitas que me sienta insegura
ni aburrida.
Y lo más importante,
quiero que saltes conmigo.
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