lunes, 24 de marzo de 2014

Penitencia.

Amanecía entre montañas
y el invierno luchaba
por frenar la primavera.
Los vientos hablaban
de pasados mejores,
de sueños frustrados,
de miedos, 
de ayer.
Buscaba en las flores
olor a verano,
sonrisas sin fuerza,
camisas holgadas,
el mar
y su piel.
Pasaba las noches soñando
con los ojos abiertos
y los brazos cerrados.
Esperando
sin esperanza ni expectativas,
mirando un horizonte nublado
y sin color.
Café y cigarrillos
para combatir el tiempo que pasaba
impaciente mirando el reloj.
La ducha de las 7
era su tren
entre la noche y un día
lleno de planes que no cumplía.
Hacía examen de conciencia
y se arrepentía
de sus pecados de omisión. 
Por su culpa,
por su culpa,
por la gran culpa que sentía.
Dejó vencer al invierno,
y primavera no llegó.

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