sábado, 10 de octubre de 2015

Freud

Envidia de coño, la vuestra. 
Que necesitáis un piropo para acercaros.
Complejo el de castraros
del útero que os mantuvo durante meses
para adentraros
en otro.
Cobarde el amor que reclamáis
de las faldas más cortas y más abiertas
para luego criticarlas
y dejar su dignidad en evidencia.
Envidia, la vuestra,
que desconocéis el amor sin sexo
y el sexo por amor
escondidos tras un muro
de insatisfacciones y virginidad.

Envidia de pene, la vuestra.
Que necesitáis un piropo para acercaros. 
Complejo el de castraros
de un hombre que no os ha correspondido
para escudaros
en otro.
Cobarde el amor que reclamáis
del pantalón más caído y canalla
para luego criticarlos
y dejar su dignidad bajo las suelas. 
Envidia, la vuestra,
que desconocéis el sexo sin amor
y el amor al sexo
escondidas tras un muro
de insatisfacciones y fragilidad.

Envidia de vida, la vuestra.
Que necesitáis un género para integraros.
Complejo el de castraros
de un poema que sostuvo vuestras quimeras
para encontraros
en otro.
Cobarde el amor que reclamáis
de las esferas más distinguidas y más rastreras
para luego criticarlas
y dejar vuestra dignidad bajo sus ruedas.
Envidia, la vuestra,
que desconocéis el amor sin género
y el género como opción
escondidos tras un muro

de insatisfacciones y moralidad. 

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