Te intuyo desde el salón
cuando los nervios te pueden
y vienes a hacerme
un ovillo
y arañarme.
Cantas para el cuello
de mi camisa
y buscas mis manos
que juegan a esconderse
detrás de ti.
Acaricio la cara B
de tu pelo
mientras me pides
con los ojos
un poco más
de atención.
Y sonríes
enseñándome los dientes
que me van a morder
el corazón.
Paseas suntuosa
por los tejados
de la paciencia
llevándonos al límite.
Te enredas en mi pelo
y te das la vuelta
si te intento coger.
Eres la gata
más bonita
de Madrid.
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