viernes, 25 de abril de 2014

Sin lista.

Déjate de cuentos
y pasemos a la poesía
de tus manos y las mías,
de tu cama
nunca vacía
de mi.

Hago un llamado
a tu atención
para que no se vuelva.
Me gusta ser una niña
no consentida
para que así
nunca seas capricho.

Hoy podría ser un día de esos
en los que el amor pinta los rostros
más demacrados del autobús.
Y.sin embargo, no veo más amor
que el que mueve el mundo 
de las sombras
de tu cuerpo y el mío. 

Me subiría a tu techo 
para observarte
toda la noche
sin que me vieses.
Y estoy a la altura
de los zapatos de cristal
que nunca aparecieron. 

Te invito a mi fiesta
de dos. 




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