martes, 15 de abril de 2014

Manías.

No puedo no.
No quiero escribir a nadie
que no seas tu o tus putas manías.
Como esa de ponerme
el mechón de pelo suelto detrás de la oreja.
La jodida manía de bajar
la ventanilla del coche del todo cuando fumas.
Esa manía de cambiar
la radio de emisora sin preguntar,
y justo cuando voy a cambiar de marcha.
Tu maldita manía de abrir
los balcones en invierno
un minuto antes de acostarnos. 
Que tengas que probarte
todo el armario
antes de decidir
qué ponerte,
sabiendo que si por mi fuese,
te quitaría cualquier cosa que te pusieras.
Me pone muy nerviosa esa manía tuya
de planear y calcular todos los días
aunque yo te los vaya a desbaratar.
Odio tus manías,
y las odio tanto
que sin ellas
jamás me habría enamorado de ti.

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