miércoles, 14 de mayo de 2014

Rutina

Tras una larga noche sin dormir el olor a café recién hecho me sacó de la cama.
Llevaba horas pensándote,y lo más parecido a un sueño lo había vivido el día de antes a tu lado.
Me puse el disfraz de persona y la máscara de haber descansado,
y al terminar la taza caliente ya tenía un pie fuera de casa.
Por el camino las nubes, el sol, y algún bostezo aliviaban mi cansancio;
y la cafeína llegaba a mi sangre aún baja en glucosa.
Aquella mañana vi a los perros paseando a sus humanos,
inmersos en la pantalla de sus nuevos dueños.
La primavera lloraba oculta entre los ruidos de obras sin arte.
Aceleré el ritmo para llegar a las puertas cerradas de tu ascensor.
La luz de la escalera dejaba entrever que el portero seguía durmiendo.
Tenía vía libre hacia tu mirilla.

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