viernes, 9 de mayo de 2014

TÚ.

Tú, que defiendes tanto la vida
Tú, que te manifiestas
en contra de la libertad
Tú, que ejerces tus derechos
sobre seres a los que desconoces
Tú, que reafirmas tus ideas
dejándolas en manos de otros
Tú que dejas que decidan por ti,
y todas tus compañeras.
Tú, que aplaudes
que las bestias sean gladiadores
Tú, que sonríes
con la falsa seguridad 
que te aporta el colchón
de dinero manchado de sangre
sobre el que caerías
si tu dios te soltase. 
Tú, que mientes deliberadamente
y luego lo confiesas ante un payaso sin colores
y que abusa de la vida que defiendes.
Tú, que colaboras
con la institución que evangeliza a los que rechazas.
Tú, que pagas por tu amor
propio en las esquinas
y cedes el asiento
a los que dejas sin pensión. 
Su dignidad es lo que te falta.
Su resignación lo que te alimenta. 
Tú, que niegas la existencia
de la corrupción que te pudre. 
Tú, que acabas con la fe
que tanto profesas. 
Tú, que te emocionas
viendo una talla de madera
mientras ignoras a la carne
que te mantiene. 
Tú, nos das la fuerza
que nos pretendes quitar. 
Tú, vas a rendir cuentas
ante el tribunal de tu conciencia
cuando ni tu colchón de sobres,
ni tu dios,
ni tu payaso,
ni la vida
te sonrían. 

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